griten por favor, pero no griten en silencio!!!
Ni bien los hermanos Etchevehere, junto a su madre, recuperaron la casa de campo de su propiedad –usurpada hace unas dos semanas–, comenzaron con la recorrida. “Es como si hubieran pasado cien forajidos por acá” le contó el menor a la prensa, “fotos de papá y mamá desparramadas por el suelo, infinidad de colchones y almohadas por toda la casa, la cocina destruida…”.
Lo que más atrajo mi atención, sin embargo, fue la descripción que se hizo de la huerta agroecológica, la postal insignia de la ocupación llevada adelante por Juan Grabois y sus acólitos con el apoyo de militantes y funcionarios, tanto de la nación como de la provincia. El Proyecto Artigas, tal su rimbombante nombre, solo dejó una decena de surcos realizados en la tierra –algo seca– que alojaba –vaya metáfora para este momento– plantines de perejil esperando para ser cultivados.
Unos días atrás publiqué en este espacio lo que había escrito en 2010, en ocasión de morir Néstor Kirchner. Lo hice sin agregarle ni quitarle nada al texto original porque sigo pensando lo mismo que una década atrás, aunque hoy, las circunstancias y el camino andado me indiquen que ese rumbo –que ya juzgaba pernicioso entonces, aunque me permitía abrigar todavía algunas esperanzas– ha mutado a un destino ominoso, con olor a porrazo, para utilizar la reciente figura retórica de Cafiero III.
Volviendo a los perejiles, me pregunto cómo puede sentirse el ciudadano común, el de a pie, como les gusta decir a todos los comentaristas, o un médico o una enfermera o un policía, cuando se anoticia que el gobierno de nuestra provincia ha decidido compensar con $ 50.000 a quienes abandonen los terrenos usurpados, por cientos o por miles en los últimos días. Una cifra que duplica con exceso el valor del salario mínimo vital y móvil de los argentinos y que supera, en la mayoría de los casos, el ingreso medio de esos trabajadores.
Tengo para mí que hemos llegado a esto por la acción mancomunada, sostenida en el tiempo y planificada, de diversos actores. Nostálgicos y violentos setentistas, por un lado, de los que no hemos escuchado una sola autocrítica, todo lo contrario. Cuesta absorber con calma los permanentes discursos de reivindicación de su gesta patriótica y revolucionaria, la que colocaría –decían y aún sostienen ellos– a nuestro país en la senda de las naciones “progresistas y antiimperialistas” de América latina, llámense Cuba o Venezuela. Por el otro, una feligresía (solo entendiendo que obran desde la fe puede comprenderse su irracional defensa de tanto descalabro y el desprecio y la ignorancia de insólitos niveles de corrupción como los ocurridos) que no se sonroja mientras reparte culpas por igual entre lo que ella llama «salvaje neoliberalismo autóctono» y la voracidad de los capitalismos.
A estos grupos, con peso operativo propio y abultados bolsillos –por plata mal habida en muchísimos casos–, se suman crecientes malones de desesperados. Hacinados por millones en nuestro conurbano, sin expectativas ni futuro, ahogados entre el barro y los planes, desocupados por generaciones que conforman –y esto es lo verdaderamente preocupante– una inmensa masa clientelar que podría asegurar –mediante el voto– la perpetuación de un modelo hegemónico de partido y pensamiento único, autocrático, delegativo y nada republicano.
Allí radica el verdadero plan, ese que no se dice y se calla muy bien. Son estos últimos, los excluidos a perpetuidad, las más desgraciadas víctimas de un relato tan mentiroso como aniquilador.
Ante esta alternativa, ante las muestras que todos los días nos ponen de narices frente a una deprimente realidad, una pregunta me salta entre los dedos: ¿Hasta cuándo seguiremos siendo nosotros los perejiles del Proyecto?
Dedicado a Pancho, Dickie y George, amigos que me estimularon y me ayudan a reflexionar
Excelente resumen de lo que estamos viviendo
Querida Marcela, sos una de mis más consecuentes lectoras!!!! Bssss!!!
Cariño grande para vos, Marcela
Excelente crónica Alberto!! Concuerdo en todo con vos,parece un relato de ficción,pero desafortunadamente es
la pura realidad.
Creo que es momento de marcar los contrastes, exaltar los valores, seguir -cada uno desde su lugar- mostrando que es posible vivir de acuerdo a ellos. Por momentos la cosa se pone agobiante pero no bajemos los brazos. Abrazo inmenso Paia!!!!
Como siempre Alberto concuerdo con vos. Estamos desde hace más de 70 años con algunos cortes, gobernados por adictos al poder y la corrupción. Mientras sigan gobernando no tendremos paz ni República.
Es así Mary, tal como lo decís, no tenemos ni tendremos paz en la República. Me alegra recibir tu respuesta, habla de recuperación. Todo nuestro cariño!!!
Excelente relato Alberto. Como perejil, me siento, involucrada en una tormenta delirante.
Es una situación muy muy preocupante. Deberemos encontrar la manera de neutralizar tanto daño, de lo contrario nuestro país irá cayendo más y más. Cariños grande!!!
Muy buena tu síntesis, realmente me siento un perejil!!!!
Bueno, no es tan malo, le ponés condimento a la vida. Cariño grande!!!!
Alberto, es la primera vez que me resulta dificultoso aportar un comentario a tus exposiciones. Es tan inverosímil lo que estamos viviendo que acudí a tres de los siete pecados capitales para ensayar una aproximación que pueda mínimamente explicarme. La soberbia de los dirigentes, que se suponen por encima del resto de los mortales. La envidia de los que justifican sus carencias porque los » demás » tienen lo que a ellos les falta, a lo que sumo – para ambos – la maldad que los lleva a destruir porque si, es decir sin obtener tal vez más que un magro beneficio de sus procederes. Por último la pereza – inercia – de los que estarían en grado de reaccionar y no lo hacen, muy especialmente aquellos que tienen una presencia importante en el ámbito político, intelectual, judicial. Un abrazo. Tony.
Hola Tony, estoy de acuerdo prácticamente en un todo, salvo en el último pecado, la pereza de los que deberían reaccionar y no lo hacen. Creo que además de la desidia, que la tienen, juegan en protección de sus intereses muy mezquinos que los emparenta con otro de los siete pecados, la codicia. Abrazo grande y gracias por aportar siempre.
Muy atinada tu observación que la comparto plenamente. Un abrazo.
Muchas gracias, Alberto, por la inesperada dedicatoria.
Si alguna vez te ayudé -como dices- a reflexionar, ha sido simplemente porque tu sensibilidad y tu agudeza te permiten encontrar estímulos y disparadores en nuestros breves intercambios de pensamientos.
Tu descripción de esta realidad tan dura, tan oscura y tan dolorosa no podría ser mejor.
De perejil a perejil, un cálido abrazo.
La naturaleza me ha negado hasta la más mínima aptitud musical, aunque poética. De lo contrario te contestaría, parodiando a Chico Novarro con «Carta de un perejil a otro». Cálido abrazo para vos también amigo y muchísimas gracias por aportar siempre en este espacio!!!!
La verdad que los dos artículos reflejan la realidad de nuestro país. Me duele que lo aprendamos más, pero el sistema está a ese servicio. Encontraron y se engancharon con la mística del peronismo, lo usan y siguen pensando que Perón no sabía lo que hacía. Ellos son socialistas con Osde y en consecuencia resulta improbable cambiar ideas. Ellos piensan en imponerlas. La verdad que el año que viene, la oposición debe armarse sin dejar de incorporar a ningún republicano cualquiera sea el partido al que pertenezca para contar con un mejor equilibrio legislativo. Abrazo grande y nuestro cariño de siempre para Kiky, Julian y vos
Gran descripción esa de «socialistas con Osde». Ayuda -como bien lo decís- a entender que estamos en manos de una dirigencia autocrática que solo puede perpetuarse sobre la base de imponer su relato y -consecuentemente- su modelo. También me sumo a tu exhortación a reunir todos los esfuerzos posibles desde la concepción republicana de gobierno para intentar balancear un congreso devenido en escribanía. Me alegró muchísimo encontrar tu comentario. Cariño entrañable queridos amigos!!!!