A la memoria de Carlos Irisarri
El 24 de septiembre pasado murió Carlos Irisarri, personaje vastamente conocido y querido en nuestra ciudad. Notable penalista, político, escritor, docente y apasionado de la tierra y la cultura vasca, tuve la fortuna de ser su alumno en 2015, en Derecho Penal II. Disfruté -con seguridad también mis compañeros- de su trato y de la calidad y erudición que derrochaba en cada clase.
Recuerdo, por ejemplo, con nitidez, una dedicada a explicar homicidios y su relato puntilloso sobre las diferentes modalidades de este delito en la obra de Shakespeare: El homicidio en Otelo, en Macbeth, en Hamlet. Carlos fue un tipo ilustrado, pero también un hombre apasionado: las referencias a su profesión, la política, el euskera o su querido Lobo nos anoticiaron de ello.
Hace unos días, en la esquina de los tribunales, me crucé con Santiago, su hijo, también un docente excelente. Le di un abrazo, le expresé mi pena por lo sucedido y, en el acto, me pidió que lo acompañara hasta su estudio. Hablamos en ese par de cuadras de su viejo, de la infinidad de puertas que le dejó abiertas y del inmenso orgullo que supone llevar su apellido. Llegamos al lugar y de la biblioteca ubicada tras el que fuera el escritorio de su padre, tomó un libro, “El idioma del amor” y me lo regaló. “Es lo que hubiera querido hacer él, lo estimulaba contarte en el curso” me dijo y agregó: “Es su última novela. La publicó en abril”.
Carlos, donde estés, quiero darte las gracias una vez más y decirte que guardo entre mis recuerdos entrañables el mail que me enviaste en la navidad de 2015, supe por Santiago que no solías contestar correos y eso y haber sido tu alumno también son un motivo de orgullo para mí.
Octubre 2018