a Gustavo Pontalti
en el Día del Amigo
Hoy se conmemora -en todo el mundo- el Día del Amigo. Se escribe así, con mayúscula en ambas palabras, porque es una celebración. Pertenezco al universo de los que comienzan esta jornada con la impaciencia, quizás la pesadumbre, de aquellos que suponemos por delante la cansadora tarea de devolver, contestar, grabar o escribir un montón de mensajes.
Avanzado el día -todos los años me sucede lo mismo- mi ánimo y sobre todo mi espíritu se van fortaleciendo. Las alegrías, la emociones, los recuerdos, alguna sonrisa y también una lágrima, me van templando el alma. Al detenerme y repasar, uno por uno, los hermanos de afecto que he podido sumar en mi vida, los que hemos y nos han elegido, aparecen -invariablemente- aquellos que ya no están físicamente pero cuyo recuerdo habitará por siempre en nuestro corazón.
Hace exactamente dos meses, un día 20 como hoy y en esta misma hora, las 22.00 clavadas (mi viejo fue tripero hasta el último aliento, me remarcó muy bien Marina, aludiendo -de manera muy clara- a la famosa “Veintidós”), murió Gustavo, o Gus, como solíamos llamarlo a mi entrañable amigo.
Tuve la primera noticia de su enfermedad en los últimos días de febrero. Percibí, de manera inmediata, la gravedad que implicaba su cuadro, el poco tiempo de vida que le quedaba por delante. El dolor me atravesó muy fuerte. Me propuse acompañarlo y visitarlo todo cuanto pudiera -también hacerlo con sus hijas-, reconfortarlo, aliviarlo, contenerlo.
A punto de iniciar con Kiki un viaje de alrededor de un mes, pasé a verlo por el sanatorio, en Terapia Intensiva. Encontré a mi amigo somnoliento, respirando tranquilo, aunque con sus sentidos bastante deprimidos. Sabía que ya no volvería a verlo, tenía la certeza que era una despedida y -a mi manera- procuré dejarle algo mío, un símbolo de aquello que con tanta pasión nos había unido y que yo deseaba que siguiera -por siempre- muy cerca de su mano. Apreté en su puño una pelotita de golf y una notita que decía más o menos así:

“Querido Gustavo, que las poco más de cinco pulgadas de circunferencia de esta pelotita, encierren todos los hermosos e irrepetibles momentos de amistad y juego que vivimos en los últimos veinticinco años.
Que surquen el cielo dentro de ella y con vos -para siempre- el millar de vueltas y torneos y los centenares de four ball que disputamos juntos.
Que -aunque apretujado- quepa en su interior el tremendo orgullo que nos regalamos con el campeonato del Club del año 2007. Aquel que obtuvimos en el Hípico de City Bell, como mejor pareja, con el fantástico putt del hoyo 18 que embocaste desde más de 3 metros.
Que abrazados viajemos sin parar -en esa Titleist 3- tus águilas, tus birdies, las copas del Hoyo 19, las bromas compartidas y todos los afortunados que pudimos disfrutar tu amistad.
Que esta bola vuele siempre alto querido amigo, que se mantenga flotando en el aire, que te acompañe para todos los tiempos y te abrigue como lo harán dentro mío los cálidos recuerdos que me quedan de vos.
¡¡¡Hasta siempre Gus!!!”
En la mañana del miércoles 21 de mayo, en el tren que nos llevaba a Roma desde Lecce, el mensaje de Marina, la mayor de sus hijas, me anotició de su fallecimiento. En ese momento pensé en escribir esto. Recién hoy puedo sacarlo afuera y ponerlo en palabras después de un largo día de muchas y dulces sensaciones.
Simplemente que lindas y profundas palabras.
Gracias Tony!!!
Somos amigos desde la adolescencia.
Abrazo grande!!!
El de arriba te llevo un gran amigo Alberto…. muy lindas palabras creo que es junto lo que quería escuchar un abrazo
Abrazo muy grande para vos, Leonardo!!!
Muy lindas y quirúrgicas palabras Alberto! Gracias x compartir tan descriptivo relato. Abrazo
Gracias Matías!!!
Me causa gracia lo de quirúrgicas palabras. De todas maneras, en general suelen ser más apropiadas que las jurídicas cuando a sentimientos se refieren, jajajja
Abrazo grande!!!!
Veo tu corazón Alberto , nada más q agregar.
Gracias Carmen!!!
Valoro tu devolución, me conocés desde que naciste.
Cariño grande!!!!
Uff… ¡qué duro, Alberto!
Pero a la vez, qué hermoso…
La amistad es capaz de generar estas cosas.
Atravesado por el dolor por la partida de tu amigo, transformaste tu tristeza y tu desasosiego en una despedida bellísima, que resume -apretujados en esas cinco pulgadas de circunferencia y en la notita que su puño se llevó- el amor, la conexión y el impacto que él tuvo en tu vida.
Creyentes y no creyentes -como yo- solemos aferrarnos, ante el misterio, a la idea de que ‘quién sabe… quizás desde algún lado pueda leerla…’
Y si así fuese -ojalá- no tengo dudas de que Gustavo habrá sonreído con gratitud por el estupendo compinche que la vida le regaló.
Abrazo fuerte, Alberto.
Querido Dickie, a fuer de ser reiterativo:
tus devoluciones, siempre gratificantes, traen el plus que les da el compromiso de tu buena lectura, tu experiencia de vida, tu enorme sensibilidad!!!
Te agradezco tu devolución, compinche. Qué linda palabra!!!!
Abrazo grande!!!!
Alberto…hermosísimas palabras. Con alguna diferencia las sentí como mías.
La pérdida de un amigo tan querido atraviesa las víceras, el saber que las charlas, los abrazos, los viajes compartidos, el conocer al otro como él te conoce, no desaparece jamás. Gracias, lo expresaste de una manera sencilla y desgarradora. Un beso grande amigo.
Gracias Miriam!!!
Todos referimos a la muerte de amigos con palabras que expresan pesares parecidos.
Como decía Atahualpa, «son nosotros con otro cuero».
Cariño grande amiga!!
Me emocionan tus palabras de despedida a un amigo tan querido. Y me atraviesan de tal manera que me hacen sentir como si esa pérdida también fuera mía. Un abrazo fuerte Alberto!!
Lectora consecuente y dueña de una muy linda sensibilidad!!!
Gracias querida Griselda!!!
Cariño grande mío!!!
Alberto que bueno poder expresar con palabras los sentimientos que pasan por uno ( no todos tenemos ese Don)
Siempre me recuerdo que hace 23 años cuando mi querida esposa fallecio vos me escribiste un mail que todavía lo guardo con mucho cariño y pese a que no pudimos intimar más por la distancia de nuestros lugares de residencia (hoy estoy viviendo en Carilo desde hace dos años) siempre guardo un montón de afecto hacia tu persona
Abrazo grande
Rafa
Rafa querido!!! qué agradable sorpresa encontrarme con tu devolución.
Me encantaría recordar ese mail pero que lo hayas guardado no hace más que reafirmar que el afecto al que aludís es mutuo.
Compartiste con nosotros, con Jorge, con Hugo y con Gus, hermosísimas jornadas de golf.
Debe haber pocas cosas tan atractivas como una linda vuelta con amigos!!!
Con muchísimo afecto. Abrazo enorme querido amigo!!!
Querido Alberto:ojalá siempre rescatemos la despedida.Con amigos,fliares.,compañeros…es bueno para el que está en fin de vida ,que a veces siente que la gente «se aleja».
Moriría tranquila sabiendo que habría un amigo como vos cerca.
Abrazo enorme.
Qué lindo lo que me decís, Marina!!!!
Con cada día que pasa, con historias como la que relato, se fortalece mi certidumbre de que el eje más importante, más trascendente, alrededor del cual gira nuestra existencia, es el de los afectos.
Vos como yo, además, somos privilegiados por el destino que nos hizo médicos.
Abrazo enorme, querida amiga!!!
Señala la Escritura.
«Encontrar un amigo es encontrar un tesoro».
Cuando perdemos físicamente un amigo, nuestra lágrima fluyen, más al tener la certeza de su amistad y buena vibra, ese amigo a , sigue presente en nuestra historia de vida.
Gracias por compartir tan significativa vivencia.
Bendiciones para Vos, apreciado
Dr. Alberto.
Querida Ligia, compartimos una historia con rasgos muy similares a esta, finalizando el 2024.
Admiré entonces, recordaré con gratitud por siempre, la amorosa presencia con la que acompañaste a Rosita.
Cariño enorme para vos!!!!
Alberto querido:olvidé recordarte,que siempre te espero,se que algún dia vendrás al encuentro para hablar de la muerte(«Hablemos de ella»)…Abrazo
Lo tengo muy presente Marina. Me quedé con las ganas la vez pasada.
No dejes de avisarme de próximos encuentros
Abrazo grande!!!